Las grandes historias tienen personalidad. No hay nada como el trabajar día a día para construir un sueño, de la mano de amigos, extraordinarios compañeros y por supuesto de la familia. Al comienzo solo tienes ansiedad, miedo, los problemas aparecen uno tras otro, nos culpamos de todo lo malo, un día despiertas y no eres el mismo, has superado la soledad del emprendimiento, los costos de la inexperiencia, unos te abandonaron en el camino pero tú también dejaste personas en el camino.  

Las grandes historias son para todos incluso si solo fueron escritas para una sola persona. Más de 200 personas formaron o forman parte de este proceso, de todo corazón extendemos nuestra gratitud y deseamos que nuestro éxito sea parte del suyo.